Dale a tu paciente un bastón durante un año.
Luego quítaselo y mira cómo sufre,
¡se ha olvidado de caminar!
Fíjate en lo importante
Hola, Rodrigo.
Hace un año me dio un tirón en el cuello mientras movía una caja en el trabajo. Pensé que no era nada y seguí con mis tareas con normalidad.
Al día siguiente me levanté con un dolor horrible a lo largo de los dos brazos.
Esto no era normal. Nunca había sentido algo así. Me asusté mucho.
Me di varios masajes porque es lo que me ha ido bien cuando tenía alguna molestia en la espalda pero esto era difetente. A los días siguientes estaba aún peor.
Desesperado me pagué una resonancia magnética para saber lo que estaba pasando y ¡voilà! dos protusiones en mi cuello.
Cogí la baja y he hecho desde entonces reposo absoluto. Nada de peso, nada de ejercicio, cuidando mis posturas y la verdad que el dolor se ha ido. Me he recuperado.
Ok… y entonces… ¿qué haces aquí?
Ah, sí claro.
He pedido el alta y he vuelto a trabajar porque ya estaba recuperado, me pusieron una limitación para no coger más de 10kg en el almacén y hay algo que estoy haciendo mal porque cuando llego a casa he vuelto a tener dolor en la paletilla, me quema, estoy empezando a sentir irradiación en el brazo izquierdo…
No sé qué postura es la correcta para mover las cajas del trabajo.
Mira, yo hago esto cuando voy a cogerla (demostración cuidadosa cual powerlifter que busca un récord personal).
Como veo que no funciona, he modificado mi estrategia y ahora lo hago así (demostración cual strongman preparándose para levantar un camión).
No sé el qué, Rodrigo, pero hay algún movimiento que estoy haciendo mal…
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Puede parecernos evidente pero…
Hay pacientes que de verdad NO se dan cuenta de que el problema NO es cómo levantan la caja, sino el tiempo que hace que no la levantan.
Sí, todo este contexto y esta historia para abrirte los ojos.
Para quitarte el miedo a sobrecargarlos.
Para animarte a gestionar a estas personas que están en un callejón sin salida.
De ti depende que sigan registrando cada milímetro cuando se mueven, o, que por el contrario, se preparen para levantar esa caja y solucionen el problema.
El verdadero problema de este paciente es que se ha olvidado de cómo se levantaba una caja.
Y no solo eso, si antes levantar una caja suponía un esfuerzo de 2/10 ahora se ha convertido en un 10/10
Lo que no se utiliza se oxida, se elimina, se suprime.
¡y recuerda!
Una recuperación no termina cuando ha dejado de doler, sino cuando alcanzas el nivel funcional previo a la lesión (o mejor).
El verdadero miedo es que un paciente retome su trabajo tras haber estado entre algodones durante un año.
Para finalizar este post y dar espacio a la reflexión…
Como decía Louie Simmons: «Weak things break».
Si necesitas ayuda como fisio o como paciente escríbeme por mi web
Rodrigo G. Azcona